Desde
el Sindicato Obrero Aragonés nos alegramos plenamente de las
sentencias emitidas por el Tribunal Supremo del Estado en relación
con el proyecto del pantano de Biscarrués. Ambas sentencias dan en
la línea de flotación de instituciones como Riegos del Alto Aragón
o el Ministerio de Medio Ambiente, respecto a la Declaración de
Impacto Ambiental y la normativa europea de referencia..
Tras
34 años de lucha, es muy probable que esta sea la tumba definitiva
de un proyecto que quería hipotecar la vida de pueblos, un valioso
entorno en A Galliguera y la economía de la zona. Desde el
Sindicato Obrero Aragonés, en nuestros 20 años de vida, siempre nos
hemos posicionado de forma rotunda a favor del río Gállego, de las
gentes de Biscarrués y de la Coordinadora Biscarrués-Mallos de
Riglos.
Ese
apoyo se ha traducido en
apoyar activamente esta
causa con
nuestra presencia en manifestaciones, organizando charlas,
colaborando en campañas de difusión y también, a través de
nuestros servicios jurídicos, redactando alegaciones al proyecto.
Ahora
comienza una
vida llena de luz y esperanza, una vida pegada al desarrollo de
actividades de aguas bravas que da centenares
de puestos de trabajo y que desde hace muchos años, los «señores
regantes» querían destruir.
Siempre
hemos defendido los intereses de los trabajadores y trabajadoras de
la Galliguera.
Nuestra presencia firme en la zona, el asesoramiento prestado a los
compañeros y compañeras de las empresas de actividades de «aguas
bravas» y nuestra
presencia firme y constante
en cada una de las movilizaciones contra
los proyectos de entibos de Biscarrues, Yesa o Mularroya nos hacen
una organización fiable, responsable y defensora de aquello que
creemos.
Los
Mallos Resisten.
La dignidad de la montaña también. Por eso seguiremos
en contra de estos grandes pantanos,
agujeros negros de dinero público y auténticos desvertebradores del
frágil medio rural aragonés. De la misma forma, seguiremos
luchando para que el recrecimiento de Yesa o las obras de Mularroya
sean paralizadas.
Porque SOA
siempre ha defendido un modelo de desarrollo que está a las
antípodas de estos proyectos
y de las organizaciones políticas y sindicales que los defienden.
Ni
Yesa, ni Mularroya ni Biscarrués!
